Hace buen tiempo me pidieron que vuelva a subir el archivo sobre esta edición del oxygene 7-13.
Se trata de la edicion japonesa del oxygene 7-13, que incluye el tema Together Now de Tetsuya Komuro, quien fue parte del concierto de 1998, Electronic Night para los festejos del campeonato de fútbol que ganó Francia.
Encontre por ahí una crítica del oxygene 7-13, con la cual coincido bastante.
Veinte años después de editar uno de los álbumes más importantes de la historia de la electrónica (y el más conocido), Oxygène, el álbum por antonomasia cuando se habla de música numérica, el francés Jean Michel Jarre editó la segunda parte, Oxygene 7-13. Si en el mítico primer álbum, un clásico imprescindible, incluyó seis partes de Oxygene, aquí escuchamos las siete partes siguientes, de la séptima a la decimotercera. El francés vuelve a desarrollar sus peculiares melodías de sintetizador (para este álbum ha interpretado los siguientes instrumentos: 2600 ARP synthesizer, VCS3 synthesizer, AKS, Eminent, Mellotron, Theremin, CS80, Quasimidi, Raven, Digisequencer, Logic Audio, Akai MPC3000, Nordlead, JV90, K2000, RMI, Prophecy, TR808 y DJ70), ya totalmente integradas en el imaginario colectivo (la suya no es, en ningún caso, electrónica minoritaria) y fácilmente reconocibles (las variaciones de Oxygene puede ya considerarse como un estándar de la electrónica, una de las piezas claves de la música de final del siglo XX).
Lo primero que a uno le llama la atención durante las primeras escuchas de Oxygene 7-13 es su enorme parecido con Oxygène. Puede parecer evidente, teniendo en cuenta que se trata de la continuación, pero que dos obras separadas por veinte años tengan un sonido tan similar no deja de resultar asombroso. Y esta característica es su mayor virtud, pero sobre todo su mayor carencia. Por una parte, supone una nueva entrega de su hipnótica y muy atractiva electrónica, de sus brillantes conjunciones de melodías atmosféricas y rítmica uptempo, siempre de carácter progresivo. No obstante, en los veinte años transcurridos entre la edición de uno y otro trabajo, el panorama electrónico cambió muy rápidamente, de modo que la escena electrónica de 1997 no tenía nada que ver con la de 1977. Asi pues, si Oxygène fue una obra extremadamente innovadora, no se puede decir lo mismo de Oxygene 7-13. La música producida por máquinas ha seguido evolucionando a un ritmo vertiginoso, mientras que la de Jarre, influencias contemporáneas aparte, no parece haber evolucionado tanto. Por eso su obra clásica suena aún más moderna que esta continuación, por estimable que sea.
Link de descarga en comentarios
Se trata de la edicion japonesa del oxygene 7-13, que incluye el tema Together Now de Tetsuya Komuro, quien fue parte del concierto de 1998, Electronic Night para los festejos del campeonato de fútbol que ganó Francia.
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Veinte años después de editar uno de los álbumes más importantes de la historia de la electrónica (y el más conocido), Oxygène, el álbum por antonomasia cuando se habla de música numérica, el francés Jean Michel Jarre editó la segunda parte, Oxygene 7-13. Si en el mítico primer álbum, un clásico imprescindible, incluyó seis partes de Oxygene, aquí escuchamos las siete partes siguientes, de la séptima a la decimotercera. El francés vuelve a desarrollar sus peculiares melodías de sintetizador (para este álbum ha interpretado los siguientes instrumentos: 2600 ARP synthesizer, VCS3 synthesizer, AKS, Eminent, Mellotron, Theremin, CS80, Quasimidi, Raven, Digisequencer, Logic Audio, Akai MPC3000, Nordlead, JV90, K2000, RMI, Prophecy, TR808 y DJ70), ya totalmente integradas en el imaginario colectivo (la suya no es, en ningún caso, electrónica minoritaria) y fácilmente reconocibles (las variaciones de Oxygene puede ya considerarse como un estándar de la electrónica, una de las piezas claves de la música de final del siglo XX).
Lo primero que a uno le llama la atención durante las primeras escuchas de Oxygene 7-13 es su enorme parecido con Oxygène. Puede parecer evidente, teniendo en cuenta que se trata de la continuación, pero que dos obras separadas por veinte años tengan un sonido tan similar no deja de resultar asombroso. Y esta característica es su mayor virtud, pero sobre todo su mayor carencia. Por una parte, supone una nueva entrega de su hipnótica y muy atractiva electrónica, de sus brillantes conjunciones de melodías atmosféricas y rítmica uptempo, siempre de carácter progresivo. No obstante, en los veinte años transcurridos entre la edición de uno y otro trabajo, el panorama electrónico cambió muy rápidamente, de modo que la escena electrónica de 1997 no tenía nada que ver con la de 1977. Asi pues, si Oxygène fue una obra extremadamente innovadora, no se puede decir lo mismo de Oxygene 7-13. La música producida por máquinas ha seguido evolucionando a un ritmo vertiginoso, mientras que la de Jarre, influencias contemporáneas aparte, no parece haber evolucionado tanto. Por eso su obra clásica suena aún más moderna que esta continuación, por estimable que sea.
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