José Álvarez Díaz.
Hangzhou (China), 16 may.- El músico francés Jean-Michel Jarre, pionero y revolucionario de la música electrónica en los años setenta y ochenta, dijo a Efe hoy en China que algún día la "cultura debería ser considerada tan importante como lo es hoy el medio ambiente".
Jarre, ahora también embajador de buena voluntad de la Unesco, participa esta semana en un congreso de esta organización en la turística ciudad china de Hangzhou, con el que se espera conseguir que la cultura entre en la agenda política internacional como un pilar básico para el desarrollo sostenible de la humanidad.
El músico, convencido del poder del arte y la educación en ese sentido, asegura que "lo más importante (de este congreso) es llegar a convencer a la comunidad internacional de que la cultura no es una noción abstracta, sino que debe ser considerada hoy como hemos podido considerar la ecología y el medio ambiente hace 30 años".
"Más o menos en la época en la que compuse 'Oxygène' (su disco de 1976 con el que revolucionó la música sintética), se nos consideraba un poco como unos iluminados que hablaban de defender el planeta", dijo, pero "poco a poco nos hemos dado cuenta de que (la naturaleza) se estaba convirtiendo en una preocupación cada vez más importante".
"Y hoy en día, aunque no todo el mundo separa aún sus desechos correctamente al tirar la basura, todos somos conscientes de que tenemos que prestarle un poco de atención a nuestro planeta para las generaciones futuras", y auguró que algo parecido ocurrirá con la toma de conciencia de la importancia de la cultura.
"La noción de cultura interesa a todo el mundo y al mismo tiempo no interesa a nadie, porque es demasiado abstracta".
"Cuando ya no queda nada -continúa-, cuando los países y la moral de la gente están en ruinas, ya sea por guerras, por catástrofes naturales o por los problemas de todo tipo que debilitan a una sociedad, al final la cultura y las formas de expresión son el oxígeno del alma, el último cimiento que al final nos reúne".,
Jarre fue en su día el primer músico extranjero autorizado a dar un concierto en la República Popular China desde su fundación, en 1949, y esa experiencia, dijo hoy, "es un ejemplo muy bueno de cómo la cultura y la expresión artística pueden reunir y reconciliar".
En 1981 Radio Pekín recibió de una embajada extranjera varios discos de Jarre, incluido su emblemático "Oxygène", y aquel mismo año el músico francés fue invitado a dar dos conciertos en Pekín y Shanghái, que fueron publicados en Europa en 1982.
"La primera vez que vine a China fue justo después de la caída de la Banda de los Cuatro, que vino después de la época de Mao, a comienzos de los ochenta", recuerda Jarre de aquel país tan distinto de la China actual.
"De un solo golpe, todo un pueblo al que se había cortado todo contacto con el exterior en materia cultural, ya que había mucha gente que no tenía ni idea de lo que era nuestra música, nuestro cine, nuestra literatura en Occidente, pudo abrir, de alguna manera, una puerta, o una ventana, al resto del mundo", dijo.
Lo mismo se ha demostrado en Sudamérica, señaló, "donde hay una cultura tan importante y donde en momentos de una crisis económica enorme, la música, el cine, la pintura, la literatura, son las últimas murallas de la civilización, que nos permiten saber que seguimos vivos y que pertenecemos a una comunidad".
"Por eso creo que el interés de este foro es que todo el mundo tome conciencia de que la cultura es una prioridad absolutamente tan importante como el medio ambiente", por lo que "diría que tendríamos que empezar a hablar de cultura sostenible".
"Para que los gobiernos lo comprendan hace falta que las calles lo comprendan, y para eso es necesario que los medios lo pongan de relevancia", añadió.
De esta manera, es importante que "tanto nosotros, los artistas, como ustedes, la prensa, contribuyamos a que la gente de la calle comprenda que la cultura, para sus hijos, para sus padres, y para las generaciones que vienen detrás, es algo esencial", concluyó.
(Agencia EFE)